martes, 23 de marzo de 2010

Rifles y biblias

Si tuviese que llorar por alguien lloraría por vosotros. Vosotros los individualistas, los rebanadores de sueños. Lloraría por los egoístas, los fanáticos, los que siguen embobados a un líder e imploran a su tiránica figura. Por los que asesinan en nombre de lo ilusorio, por los que sólo creen en sí mismos. Lloraría por aquellos que sólo defienden la ética déspota del trabajo, por aquellos que hablan en nombre de las dictaduras de cualquier tinte, los que corrompen y llenan de óxido cada centímetro virgen del mundo. Por los que aún sabiéndolo son necios, los desconfiados, por todo aquel que ve en el forastero una amenaza. Lloraría por todos vosotros y por muchos otros desgraciados, porque, en las noches gélidas de invierno, en lugar de abrazaros a otro cuerpo caliente, sólo os queda acurrucaros junto a rifles y biblias.

lunes, 15 de marzo de 2010

Tarde-noche

Confundirse es relativo. Tanto como el gusto en jardinería o las coincidencias. Con el calor de la tarde-noche las casas parecen más profundas y qué rabia las farolas apagadas, y más las encendidas, como recortes pegados al cielo estridentemente azul. Si llenarnos de desprecio nos convierte en seres superiores, prefiero, todos los días que me quedan, merendar queso y pan con los mortales.

viernes, 12 de marzo de 2010

Marzo

La culpa es amarilla y normalmente orbita. Por lo general no le gusta ser de nadie. Se acurruca, precavida, en cualquier rincón que encuentra y emplea todos sus esfuerzos en pasar inadvertida. Algunos días, generalmente en otoño o en marzo, una fuerza sobrehumana, como norma provocada por la acumulación de aflicciones, hace que las capas que la forman crezcan hasta convertirla en una esfera del tamaño de un elefante. Es entonces cuando la culpa, amarilla y continuamente en órbita, se aloja en la conciencia de su presa, convirtiendo los recuerdos en tormentos y empleando todos sus esfuerzos en no pasar inadvertida.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Buenos días Tristeza


Hay libros que llegan a ti después de haberte vigilado. Françoise Sagan habla de la libertad y la culpa, el sol, los coches rápidos y los espárragos con salsa holandesa. Diría que es maravilloso, pero es una palabra de padres.

martes, 2 de marzo de 2010

Centinela, fiebre


Fiel centinela de mis sofocos y desvelos, mis ataques de furia o risa, de espanto, pavor, tormento. Leal guardián de las noches en vela, de los sueños frustrados que algún día dejarán de serlo, paciente, entusiasta. Tierno cuidador del sabor salado del llanto, del frío y la fiebre, la impaciencia, la rabia. Exquisito narrador de historias, manos curiosas, sonrisa irónica. Habitante de esas paredes que llamo casa, donde alimentan y abrazan como si no hubiera un mañana, sinvergüenza, irreverente, de extraordinario y peculiar talento, será siempre y sin duda , el hombre de mi vida.