martes, 16 de diciembre de 2008

Kaunas


Helada y oscura, como salida de una historia de postguerra, timidamente navideña, despidiendo ya a los últimos extraños, Kaunas nos invita a irnos.
Ahora, postsoviética, semi alcohólica, viajada y sonriente vuelvo a casa con una canción de acordeón en la cabeza y más de diezmil fotos en el cráneo. Volveremos, puede que convertidos en yuppies de cuarenta, a ver lo que quede de lo auténtico de ahora. Pero de momento, mientras nos damos a lo romántico de als despedidas ,seguimos sin darnos cuenta de que en a penas unso días no harán falta tres gerseis y uan bufanda.


*Foto del primer día, desde la ventana, cámara, ojos y dedo índice de Nahuel