miércoles, 27 de enero de 2010

Único

En la calle donde vivo hay una sastrería, una tienda de fruta, varios locales vacíos y un piso franco donde se vende droga. En el 18, segundo izquierda, hay una chaqueta verde, en el balcón una zapatilla clara y otra oscura y en la habitación del medio, sonriente y tranquilo, vive el único ser capaz de librarme del pánico.

viernes, 22 de enero de 2010

Ladrillos

A veces, cuando hay niebla, las aceras parecen precipicios y las manos de la gente, a tientas, tratan de agarrarse unas a otras. Son días extraños cuando hay niebla, días para que revienten uno a uno los ladrillos de los puentes, para que te abracen hasta escuchar un crujido en las costillas. Me pregunto si, como yo, en los días de niebla todo el mundo se siente con ganas de torturarse hasta perder la consciencia.

martes, 19 de enero de 2010

Esquina

Me preguntó si solía matarlos tan temprano y yo le dije que no, que prefería esperar a ver como reaccionaban al primer mordisco, el Apocalipsis o las calles vacías. Generalmente, -aclaré-, acababan aullando en una esquina de la cama. Si tenían suerte les dejaba marchar por locos o incluso les daba una flecha para que me atravesasen el alma, el cerebro o las entrañas. Pero esto pasaba uno de cada mil años, cuando, como alineadas por un demonio imperturbable, las ganas machacaban a los dientes.

martes, 12 de enero de 2010

Prodigiosa

Está claro que no lo entiendes, es todo lo contrario al conformismo. Es furia, impulso, homicidio, es una espina. ¿Que soy una insensible? Malinterprétame, ¡Qué importa! Es todo lo que no sea elegancia o maquillaje, es disturbio, suciedad, llama, tormento. Es lo que ocurre si te concentras en retorcerte hasta el suicidio, es terminar con la propia voz, reabsorber un coágulo, es desayuno, desamparo. No lo has visto cara a cara si no te avergüenzas luego, porque es un grito de ultratumba, más intenso que cualquier dolor imaginable, es sangre, turbulencias, sudor, aullidos de auxilio.Es un disparo. El sexo es un narcótico, una medicina implacable y prodigiosa.

domingo, 10 de enero de 2010

Escalera

Crucemos la calle y subamos la última escalera. Te imaginas la alegría como un mar enfurecido y no recuerdas apenas más que el ruido de todas las ciudades y el cuerpo de los muertos aún caliente. Los sueños dejan de serlo al adaptarse y realmente, llegados a este punto, no vamos a culpar a nadie de intentar combatir el frío, pero sí de estar sólo atento al sonido de sus propios pasos.

viernes, 8 de enero de 2010

martes, 5 de enero de 2010

Memorias de 2009

Ese año tuvo unos zapatos que sólo le traían problemas. Y también una bola de angustia en el pecho, redonda y llena de gusanos. Creo que trató de enamorarse todos los días, de hecho cuando lo conseguía, era mil veces mejor que masturbarse en hoteles de paso. Al final se quedó, aunque hace tiempo que no tenía muy claro que era quedarse y qué irse. Ese año, sonrió mucho más que otras veces y aún así le preocupaba que le temblase el pulso, las gasolineras que explotan y las cosas que guardaba en los bolsillos. Alguien le dijo que todos los caminos van a un sitio mejor y se lo creía a ratos, como a ratos echaba de menos cosas que aún no conocía, brillantes como ojos de buey y pensaba en taturase un mamut en un gemelo y en gritarle a la gente que no, no le pasa lo mismo a todo el mundo y que les jodan a los que piensen que el presente es peor que el futuro.