jueves, 28 de julio de 2011

Tibia

Tampoco es para tanto -entonces estaba fumando, apoyada en el alfeizar-, fíjate en esa señora con los brazos desnudos, o en aquel niño, el del carrito, con la boca abierta - suave, tibia- y la gorra de lado, ya sólo se habla del calor y el frío o a veces de dónde hemos comido el domingo, te levantas, con la voz estropajosa y un frío de bodega inunda el baño y la taza del water te hace escarcha en el culo y te vistes y te peinas de mujer inteligente y sales y entras y aprietas el tubo del dentífrico y sales y entras, devoras con avidez cuatro galletas, te tumbas , el desagüe huele ácido, esta noche el cielo no vale gran cosa, la tele, una casualidad sin importancia, el dentífrico, la luz, un vaso con restos de cerveza.

martes, 26 de julio de 2011

Limón



Sacó su diario. Estaba detrás de unas botellas vacías. Era verano y por encima de los tejados se podía ver el cielo, color limón. Su historia empezaba como esa canción en un libro de Vonnegut:

"Mi nombre es Yon Yonson. Trabajo en Wisconsin. En una serrería. Y cuando voy por la calle la gente pregunta: ¿Cómo te llamas? Y yo contesto:..."