martes, 12 de mayo de 2009

De lo que imagina la chica de provincias

Pensaba yo que al irme de casa, vestida de domingo, pomposa y correcta, como una buena chica de provincias, iba a pegar mi vida un vuelco. Nada más de gallinas ni morcillas, cambiaba mi mente los tractores por limusinas, las pañoletas por vestidos de moda, esperaba aglomeraciones, humo, semáforos, esos dinosaurios que llaman camiones de la basura. Me imaginaba a todas las mujeres con corbata, a bebés transexuales, sardinas en traje, ologramas o aureolas y maletines de de boas y cobras. Y vi alguna de estas cosas, otras me las seguí imaginando, pero lo que nunca hubiese creido es que hasta aquí llegaría, entre el rumor de lunes de las calles, el amargo y punzante sonido del afilador de cuchillos.

5 comentarios:

Dara dijo...

Otras aún estar por llegar, pero segurísimo que termina viéndolas.


un miau de parte de Elefantito :)

Beauséant dijo...

uno nunca sabe donde acabará, esa es al realidad.. las personas seguras de si mismas y de su futuro sólo son grandes mentirosos...

Anónimo dijo...

holograma lleva "h"

:)

Sally Hayes dijo...

ya, pero no se ve

Anónimo dijo...

Por Dios, y el zapatero me llama a casa para ver si tengo algo para arreglar y el chatarrero grita debajo de mi 7º piso...

Yo creo que están pagados para ahcer a la gente un poco más feliz, porque jamás les he visto parar. (bueno si, que mi abuela les sigue esperando)