jueves, 5 de agosto de 2010

Amazona

Yo quería ser una amazona pero un señor de camisa tiesa me dijo que si había perdido el juicio, que me dedicase a un oficio más limpio; me dijo también que fuese práctica y pensase en lo imprevisto, que la multitud de carton piedra palpitaba ávida de sangre, las aguas estaban desde hace un tiempo dormidas y que eventualmente la libertad se convertía en vicio.
Ahora no sé si quiera que hacer con mi arco. Yo quería ser una amazona.

1 comentario:

Nacho Abad dijo...

Pues dispara ese arco, S. Mátalos a todos