martes, 3 de agosto de 2010

León

Me prometí volvería a ti cuando me sintiese inerte, cuando yaciese cansada de agetreo y asfalto. Volvería a tus avenidas morbosamente respetables si algún día mi aliento se volvía áspero y rígido, porque si pienso en tus calles te imagino viva, gritando que conservas tu historia, naranja y alcanforada como embreada de sol y de azúcar. Quédate así, no te perviertas. No dejes que mutilen las puertas de tus parques, defíendete de la desgana y la indolencia, consérvate. Que la mirada señorial de tus ventanas siga trepando pomposa por la niebla y que el futuro, esa amenaza extenuante, no arranque de cuajo tu candor de provincias.


1 comentario:

Matt dijo...

el candor provincial que palabras más bonitas. lo que no entiendo es como puedan salir de una chica de ciudad (me atrevería a decir metropolitana) como tu.